Por: Marten

Como voluntario en El Patio Avilés he tenido la oportunidad de hacer muchas cosas durante el verano. Las últimas semanas fueron una combinación de trabajo, relax y viajes. El verano también ha sido un tiempo de reflexión sobre el proyecto y de descansar. En este blog te cuento sobre las cosas que hice. Ahora me quedan tres últimos meses del proyecto. Ya llevo ocho meses en Avilés y el tiempo pasa volando! Si estás pensando en buscar un voluntariado fuera también, te recomiendo buscar algo que sea por lo menos nueve meses. Un proyecto de larga duración es algo que solamente puedes hacer una vez en tu vida.

 

Vacaciones en Holanda
Al inicio de julio, me marché una semana de vuelta a mi tierra. Mi madre cumplió sesenta años y obviamente quería estar presente para la fiesta. Luego, aproveché que estaba en Holanda para ver a mi familia y a muchos amigos y amigas. También me pusieron la vacuna, que luego me servía mucho para viajar. Era bastante extraño estar de vuelta de repente en mi país, porque allá todo el mundo seguía como siempre. Me dio la sensación como que nunca me había ido. Lo que también era muy extraño es que en Holanda no llevaban mascarillas ni nada, aunque estaban en pleno covid. Organicé mi cumpleaños atrasado con ocho amigos y cuando llegó el día, tres no podían venir por ser contactos estrechos. Fue una lástima. Sobre todo lo he pasado muy bien, con ganas también de volver a Asturias.

 

Intercambio en Croacia
Después de mis vacaciones en Holanda, me fui enseguida a un intercambio con un grupo de jóvenes de Avilés. Me parece muy guay que el voluntariado con Europa Aquí también da la oportunidad de poder participar en los intercambios. Fue una experiencia nueva que estuvo muy interesante. El intercambio fue organizado por una asociación local de Croacia y venían grupos de distintos países europeos. Latvia, Hungría, Serbia… en total había unos cuarenta jóvenes. Conocí a muchas personas en poco tiempo y hubo muchas actividades divertidas. Es súper importante que la UE organiza una plataforma así en que jóvenes pueden intercambiar ideas y aprender de cada una. Más que nunca, con todas las crises que tenemos en este mundo, tenemos que trabajar juntos entre los países. Para mi personalmente fue interesante conocer personas de distintas culturas aunque a veces fue un desafío poder comunicarse bien. Al mismo tiempo, había ideales compartidos entre todos, que da mucha esperanza.

 

Asturias paraíso natural
Cuando volvimos del intercambio a Avilés, me vino a visitar un amigo de Holanda. Juntos visitamos muchos sitios en Asturias y también hicimos una ruta en los Picos de Europa, a un refugio. Recomiendo hacer esto a todo el mundo. A veces el camino es un poco duro porque hay que caminar mucho, pero merece la pena. Lo más destacado del recorrido fue ver el atardecer encima del mar de nubes. Era increíble.

Luego, mi amigo se fue y me quedé solo algunos días. Me sentí un poco solo. A veces el voluntariado me parece bastante difícil porque es complicado tener una vida social empezando desde cero. Aunque es muy guay también que conocí a muchas nuevas personas. Me parece que tiene sus ventajas y sus desventajas. Especialmente con Covid no hay muchos encuentros por casualidad o inesperados. Por suerte, la soledad no duró mucho tiempo porque me visitaron mis hermanos y mis padres, quienes se quedaron aquí de vacaciones. Hicimos muchas cosas buenas como visitar playas, hacer surf, ping pong y bajar el río Sella.

Ahora se esta acabando el verano y ¡tengo muchas ganas de empezar con la última etapa del proyecto!