Dobar dan a todo el mundo,
Como ya os conté en el post anterior estoy haciendo un Voluntariado en Croacia. A finales de septiembre nos dieron unos días de fiesta y decidimos alquilar un coche y recorrer la costa de Dalmacia en una semana. Pasamos por Zadar, Murter, Sibenik, Split y Lovinac a parte de varias estaciones de servicio y gasolineras. Aquí el Coronavirus es un tema que se lo toman un poco a la ligera. La mascarilla no es obligatoria, solo en sitios cerrados como el supermercado o el transporte publico lo que hace visitar una ciudad nueva bastante mas agradable si somos sinceros. A la vez es un poco preocupante ya que el numero de casos sigue subiendo, pero la gente no parece preocuparle lo mas mínimo. Sin embargo nosotras vivimos en una región que esta en la zona verde, es decir que hay muy pocos casos por lo tanto las medidas son menos estrictas.
El primer día cogimos el coche de Labin hasta Zadar pasando por Rijeka y tomando varias carreteras de curvas bastante pronunciadas. Digamos que fue un día completito de aventuras, pasando por una de las voluntarias olvidándose la cartera en una gasolinera y teniendo que volver 40km a recogerla y continuando por estar detrás de un camión que iba a 15km/h al cual no pudimos avanzar hasta al cabo de 40 minutos. Sin embargo, la ciudad nos encanto y los dos días que nos quedamos fueron geniales. Hicimos un free tour con una guía que nos gusto mucho y tuvimos la suerte de ser un grupo muy pequeño por lo que lo pudimos disfrutar mucho.
Al cabo de un par de días pusimos rumbo a Murter, una islita de la costa que nos pareció un paraíso! En el “on arrival training” conocimos a una voluntaria Italiana y a un voluntario Español que están haciendo su servicio allí por lo que les fuimos a visitar. Tuvimos la gran suerte que el día que llegamos se celebraba una regata con lo que hubo una orquestra tocando en directo y mas eventos que me recordaron a las fiestas del pueblo que tanto hemos echado de menos este verano. Disfrutamos de los últimos días de playa del año en calas donde estábamos solas lo que fue genial, aunque el agua estuviese ya bastante fría.
Seguidamente fuimos a Split pasando por Sibenik, una ciudad con un casco antiguo muy bonito, tomamos un café para reponer fuerzas y continuamos nuestra ruta. Antes de llegar a Split, el propietario del apartamento donde nos íbamos a alojar nos dijo que los huéspedes anteriores habían testado positivo de Covid así que nos dio otro apartamento que era mejor por el mismo precio y nos fue genial ya que estaba aún mas cerca del casco antiguo de la ciudad. En Split también hicimos un free tour que esta vez no nos gusto mucho ya que la guía no parecía saber mucho, evitaba preguntas y demás. Sin embargo, como otro de nuestros amigos voluntarios vive en Split quedamos con el y nos enseño un poco la ciudad también. Split nos pareció una ciudad preciosa y con mucha vida, aunque estaba ya bastante vacía porque fuimos al final de la temporada de verano. Después de dos días en Split pusimos ya rumbo de vuelta hacia Labin, pasando por Lovinac, donde almorzamos con otro de los voluntarios que conocimos en el “on arival training” y mas tarde paramos a dormir en un pueblo en la montaña. Finalmente, al día siguiente llegamos a casa, muy cansadas, pero también con muchas experiencias nuevas y aventuras en la mochila!