Tras una formación de casi 10 días en el Mar Baltico leton junto con unos 25 participantes más de alrededor de toda Europa en la que reflexionamos, aprendimos y nos conocimos a nosotros mismos y mismas; volví a Berlín llena de conocimientos. Como colofón del proyecto, se debían realizar labores de difusión mi asociación he traído los temas y conocimientos transmitidos para que mis compañeras y yo aprendiéramos juntas acerca del importante tema: salud mental y burnout en trabajo social y comunitario.
La formación estaba dirigida a trabajadoras sociales y con jóvenes (youth workers), lo cual hacía que no hubiera límite de edad como suele pasar en otras actividades de Erasmus +. Durante ese tiempo mi voluntariado se detuvo para que no se solaparan los pagos, y para allá que me fui a Riga con Fenja, una compañera del proyecto. Volamos a Riga (porque el tren no pasa por Kaliningrado, territorio ruso entre Polonia y Lituania) y de ahí tomamos un autobús que nos llevó al extremo maritimo de Letonia, atravesando la mitad del país y pudiendo apreciar las
diferencias entre la capital, bien cuidada y donde la mayoría de personas viven, y los bastos campos hasta el mar, donde los pueblitos y ciudades se ven desangeladas y verdaderamente deprimidas.
Al llegar a Liepaja, la ciudad donde la asociación organizadora, Radi Vidi Pats, está situada; nos llevaron a la granja de lavanda donde lo único que nos separaba de la infinita playa báltica era un bosque de pinos, descansamos y conocimos a nuestros compañeros. Pasamos allí nueve días super enriquecedores tanto a nivel social como intelectual y, por supuesto, personal.
Dado que la formación era sobre salud mental en nuestro contexto laboral, todas las personas que participábamos pudimos sentirnos (demasiado?) identificadas en las temáticas: burn-out syndrome, es decir, quemarse de trabajar tanto, sobre todo cuando nuestro trabajo nos gusta y no podemos “desconectar”; el círculo de resiliencia, esto es, como hacer que nuestro sufrimiento emocional se convierta en
crecimiento y nos hagamos más fuertes; formas diferentes de aprender (no solo de memoria, tambien a traves de los sentidos, de las emociones, de las experiencias…); maneras de motivar a las personas voluntarias que vienen a nuestras organizaciones: de donde viene la motivación, como podemos alimentarla, como podemos hacer que los voluntarios y compañeras no “desfallezcan”?
No solamente fueron estos los contenidos, nueve días dieron para muchísimo, aprendimos también a identificar nuestras necesidades de cara a los autocuidados. Cuidarnos a nosotras mismas es la mejor de las maneras de mantener nuestras vidas en equilibrio con nuestras necesidades y emociones. Sobre los temas mas importantes aprendidos Fenja y yo hemos hecho un folleto, aparte del taller que
impartimos a las compañeras una vez en Berlín, debido a la importancia que tienen estos temas en nuestro ámbito. Queremos que no solo quede en nosotras sino llevarlo a otras organizaciones y colectivos que entiendan inglés y publicarlo de manera gratuita en la web de Trial & Error para que cualquiera pueda implementar los temas en su día a día y en su trabajo con personas.
Porque el mar Baltico me dijo que si no me cuido yo, no puedo cuidar a los demás