Lo que empezó con una posibilidad de viaje para una persona, se convirtió en un viaje para dos amigas que han vivido una gran experiencia que no van a olvidar. No solo por un viaje a otro país muy distinto en el que vivimos, España, sino por la gente maravillosa que hemos encontrado procedente de otros países (Holanda, Italia y Estonia).
Empecemos por los emociones y nervios del viaje, emocionadas por ir a un país nuevo, conocer gente y culturas nuevas y nervios porque sabíamos que nuestro nivel de inglés es muy malo, pero ese último sentimiento se fue mitigando gracias al apoyo de nuestros líderes, María y Chema, que pacientemente nos iban traduciendo las dudas de las actividades y se desvanecieron una vez fuimos cogiendo confianza con el resto de los participantes. La necesidad de quererse conocer unos a otros y compartir nuestras vivencias te hacia esforzarte al máximo y te olvidabas de cualquier error que se cometiera al hablar porque entre todos hacíamos lo imposible por entendernos. Estamos muy agradecidas de lo que aprendimos de todos y cada uno ellos, fuimos personas muy diversas con nuestras propias dificultades, fuera por una discapacidad o lo cómo nos trató la vida. Fue un corto plazo de tiempo pero aun así pudimos despegarnos de esa máscara que siempre llevamos con nosotros y abrirnos tal cual somos.

En cuanto al lugar y la comida, no hay ninguna queja (quitando la cantidad de mosquitos devoradores, gastamos el bote entero de repelente). Estonia es un país muy bonito, rural y tradicional incluso en las ciudades y donde no encuentras ni una sola autopista. Y qué decir de Riga (Letonia) que nos ha robado un trocito de nuestro corazón (hay muchísimas ganas de volver allí). De la gastronomía vamos ha echar mucho de menos su pan y el sirope para el agua, pero en general la comida fue deliciosa, aunque el cambio de horarios costó un poquito adaptarse (es natural cuando uno está acostumbrado a comer a las 15:00 y cenar a las 22/23:00 y tienes que comer a la 13:00 y cenar a las 20:00, pero no se pasó hambre).
En resumen, ha sido una experiencia para repetir. ¡Os animamos a probar!