Hoy quiero contaros una pequeña historia que me contó por primera vez mi hermana mayor. Trata sobre una forma de pensar que utilizo y que me trae paz en mi vida diaria, sobre todo cuando algo me puede preocupar: «¡Todo es por lo mejor!». En un primer momento muchas veces no lo vemos pero todo lo que nos pasa tiene una razón, un sentido. A veces es al día siguiente cuando entiendes «¡Ahh fue por eso!», a veces se necesitan años o décadas, o incluso varias vidas para comprender la razón del origen de lo que ha pasado. Es una forma de pensar que lógicamente se puede dudar con una mente cartesiana, pero pensándolo bien, esta confianza en las cosas que nos pasan es fuente de alegría y de relajación. Ayuda a sobrellevar las cosas que nos suceden, que a veces pueden parecer duras a primera vista.
Pero basta de hablar, aquí está la historia:
~~ Es la historia de un rey y su sirviente. Y este sirviente tiene la costumbre de decir en todas las circunstancias: «Muy querido rey, todo es por lo mejor», lo que, a la larga, molesta al rey.
Un día, mientras caminaba por el bosque, el rey se lastimó el dedo mientras recogía una mora. Al ver esto, el sirviente no pudo evitar decir: «¡Está bien, muy querido rey, todo es por lo mejor!».
Enojado, el rey lo lleva a un pozo vacío y le grita: «¿Y si te arrojo a este pozo todo irá bien?» – Sí, querido rey, todo sería lo mejor”, responde el sirviente con seguridad.
Enloquecido de rabia, el rey lo arroja al pozo.
Aliviado de haberse librado de este sirviente demasiado optimista para su gusto, reanuda su camino. Pero, en el camino de regreso, se encuentra rodeado por un grupo de salvajes, adoradores de una espantosa bruja a la que están acostumbrados a ofrecer hombres en sacrificio. El rey es capturado, atado y arrastrado a la casa de la bruja para ser sacrificado.
Pero, justo antes de poner al rey en su olla grande, la bruja se da cuenta de que el rey tiene una herida en el dedo y declara que, teniendo una herida, el rey está inmundo y no puede ser sacrificado. Por tanto, libera al rey. Encantado de seguir vivo, el rey recuerda a su sirviente y se apresura a ayudarlo a salir del pozo donde lo había arrojado.
Una vez que el sirviente está fuera de peligro, le cuenta sobre su aventura y le dice: «¡Tienes razón! ¡Todo es por lo mejor! Sin mi herida en el dedo, ya habría muerto.
Pero hay una cosa que no entiendo. Todo fue lo mejor para mí, pero tú estabas en el pozo. – Bueno, querido señor, si no me hubieras empujado al pozo, estos salvajes me habrían capturado y me habrían sacrificado por la bruja porque no estaba herido. Por eso, para mí también, todo es por lo mejor.» ~~
Olivier